El crecimiento explosivo de la documentación en el SEIA
Desde 1992, la cantidad de documentos presentados al Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental (SEIA) ha crecido de forma sostenida. Lo que comenzó con unas pocas decenas de archivos hoy se cuenta por miles. ¿Reflejo de un proceso más riguroso o una burocracia en expansión? Analizamos los datos y su impacto en la evaluación ambiental en Chile.
Desde 1992, la cantidad de documentos PDF presentados al Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental (SEIA) ha crecido exponencialmente. Los datos muestran que en los primeros años apenas se ingresaban unas pocas decenas de documentos por año, mientras que para 1996 esa cifra ya superaba los 400. Esta tendencia al alza se ha mantenido en el tiempo, con un incremento sostenido en la cantidad de información requerida para la tramitación de proyectos ambientales.
PDF por proyecto
Evolución anual del promedio de documentos PDF por proyecto y número de páginas ingresados en el SEIA.
Un análisis de la evolución anual revela que el número de documentos creció de manera más acelerada a partir de los años 2000. Mientras en los primeros años el promedio de documentos por año se mantenía en cifras bajas, la entrada al nuevo milenio marcó un punto de inflexión, con volúmenes que comenzaron a acercarse a los miles. Este crecimiento refleja cambios en las regulaciones ambientales y mayores exigencias en la documentación presentada por los proyectos.
Si bien este aumento puede interpretarse como una señal de mayor rigurosidad en la evaluación ambiental, también plantea interrogantes sobre la eficiencia del proceso. La tendencia al alza no parece mostrar signos de desaceleración, lo que sugiere que la carga documental seguirá incrementándose en el futuro. Esto podría generar desafíos en la capacidad del SEIA para procesar y evaluar la información de manera efectiva.
El análisis de estos datos permite visualizar con claridad el impacto de la regulación ambiental en Chile y cómo ha influido en la cantidad de documentación exigida. Si el crecimiento sigue este ritmo, será clave evaluar mecanismos que permitan optimizar el proceso sin comprometer la calidad de la evaluación ambiental.